Un factor muy importante que contribuye a las enfermedades crónicas que son comunes en personas con sensibilidad a los alimentos, es la falta de proteínas esenciales y biodisponibles. ¿Por qué? Se debe a que la proteína es el ingrediente principal que utiliza el cuerpo para construir anticuerpos para el sistema inmune, así como para curar tejidos estructurales inflamados y músculos. Estas funciones son vitales por las siguientes razones:
Uno de los efectos secundarios que causa el gluten en personas sensibles, es la inflamación de músculos y articulaciones. Las proteínas del gluten generan una reacción inflamatoria en estos tejidos que al paso del tiempo conduce a muchos resultados negativos:
El consumo de gluten, en personas sensibles, puede lleva a la interrupción de proteína del cuerpo de diferentes maneras:
Muchos de los que escogen una dieta libre de gluten continúan con un tracto gastrointestinal inflamado y dañado. Algunos sufren de baja producción de ácido y esto hace más difícil la digestión de proteínas. Para sanar al intestino, se necesita de proteína, pero para digerir proteína, se necesita un tracto intestinal funcional y saludable. Una redundancia en donde el proceso para sanar se dificulta.
El balance de proteínas juega un papel importante en la función corporal. Es esencial para el mantenimiento adecuado del sistema inmune, los sistemas de desintoxicación del hígado, la formación de anticuerpos, el mantenimiento de músculos, la reparación de tejidos, la producción digestiva de enzimas, neurotransmisor (químicos del cerebro) y producción de hormonas. La proteína es responsable de construir receptores celulares (antenas) que ayudan a reconocer las hormonas, regulan el azúcar en la sangre, controlan nuestro ritmo circadiano y nuestro metabolismo.
La mayoría de las personas que siguen el régimen alimenticio libre de gluten buscan alternativas al pan, las pastas, cereales, etc. Desafortunadamente, estas alternativas están altamente procesadas, contienen ingredientes genéticamente modificados e interrumpen el balance entre los carbohidratos, la grasa y la proteína. El consumo excesivo de carbohidratos causa daño a proteínas importantes en nuestro torrente sanguíneo. A este mismo daño se le conoce como AGE (productos de glicación avanzada) y es un factor principal en la contribución de inflamación y enfermedades crónicas. Si recuerdas, aquí ya se mencionó que, la inflamación crónica lleva a cambios en las hormonas que dificultan la manera en la que el cuerpo guarda proteína y la habilidad que tiene de sanar y recuperarse se minimiza.
Para pacientes con problemas digestivos, los doctores comúnmente recomiendan reemplazar alimentos con proteínas en polvo. Lamentablemente, la mayoría de las proteínas en polvo disponibles en las farmacias contienen ingredientes baratos que están muy procesados, a los cuales se las ha expuesto a químicos y altos niveles de calor. Estos procesos desnaturalizan la proteína creando un alimento de baja calidad y difícil de digerir. Muchas otras proteínas en polvo están saturadas de endulzantes artificiales y químicos como aspartame, sucralosa, fructosa de maíz y maltodextrina. Algunas personas intentan consumir proteínas a base de arroz, lo cual es un gran error. La mayoría de las proteínas a base de arroz están vaciadas de nutrientes, son muy bajos en aminoácidos y tienen un alto potencial de contaminación por arsénico y son difíciles de digerir. Otras opciones de proteínas comunes contienen alergénicos severos, los más comunes son los lácteos, soya y huevo.
-Los lácteos suelen ser un problema para las personas con sensibilidad al gluten.
-La soya es alta en taninos y en fitatos ( que inhiben la absorción de minerales: calcio, hierro y zinc).
-Y finalmente, el huevo se deriva de pollos alimentados con dietas altas en fuentes de granos transgénicos.
Si tienes preguntas acerca de qué remplazo de proteína sería la mejor para tu dieta no dudes en contactarnos.
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